En la edad Media, viajeros procedentes del norte de Europa, especialmente de Inglaterra, desembarcaban en las costas coruñesas para iniciar su peregrinación. Bien partiendo de A Coruña o de Ferrol, se unían en la aldea de As Travesas (Abegondo), en las inmediaciones de Hospìtal de Bruma (Mesía), y continuaban en dirección a A Santiago. Este recorrido se conoce como el Camino Inglés y es uno de los que transcurren de forma íntegra por la provincia. Son tierras que destacan especialmente por su patrimonio cultural, como se comprueba ya al comienzo: la Torre de Hércules, el faro romano Patrimonio de la Humanidad que se encuentra en A Coruña, era y es la encargada de guiar a las embarcaciones que atraviesan el corredor atlántico. En tiempos ya más recientes, si alguna de estas embarcaciones quería entrar en la ría de Ferrol, dos construcciones militares estratégicamente colocadas a ambos lados de la ría controlaban su acceso: los castillos de San Felipe y de la Palma.
Saliendo de Ferrol, se recorren los ayuntamientos de Narón, Neda, Fene, Cabanas, Pontedeume, Miño, Paderne, Betanzos, Abegondo, Mesía, Ordes, Oroso y Santiago de Compostela. El procedente de la ciudad de A Coruña transcurre también por Culleredo, Cambre, Carral y así mismo pasa por Abegondo, donde se une con el otro.
Los atractivos que se pueden apreciar en este Camino son muy particulares. Por ejemplo, los ya mencionados castillos de San Felipe en Ferrol y La Palma en Mugardos, que conforman un espectacular paraje en la entrada de la ría ferrolana. En A Coruña atraen monumentos como la célebre Torre de Hércules y el Castillo de San Antón; los parques como el de San Pedro o el de Santa Margarita también adornan maravillosamente la ciudad. Pero dejando estas dos ciudades, así como también el colofón final que supone Santiago de Compostela, en el Camino Inglés es posible ver otros recursos de interés, como el Torreón de los Andrade en Pontedeume o la espectacular arquitectura de Betanzos. Además, el interés de esta versión del Camino se ve incrementado por la posibilidad de encontrar mayor información de los recursos mediante códigos QR a lo largo del itinerario.
Ya en la urbe santiaguesa, al margen de todo lo que supone la espectacular plaza del Obradoiro, en sus cercanías destacan construcciones civiles como por ejemplo el Pazo de Baamonde o la Casa del Cabildo, comulgando a la perfección con las empedradas calles compostelanas. El peregrino también encontrará otros atractivos, siempre en armonía con el contexto, como las exposiciones del museo del Centro Galego de Arte Contemporáneo, obra del aclamado arquitecto Álvaro Siza, apegado a la modernidad y con un ojo puesto sobre la realidad de la ciudad. A su lado, destaca el conjunto que suponen el Convento de Santo Domingo de Bonaval y el parque, de mismo nombre, que resulta ser un oasis de tranquilidad, vistas y recreación.
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En Ferrol podemos visitar la Iglesia de San Francisco del s. XVIII, el arsenal también del s. XVIII, diseñado entre otros por Petit de la Croix y el Hospital de la Caridad, hoy Centro Cultural Torrente Ballester, construido en 1780 para auxilio de enfermos, pobres y peregrinos. Se le suma la Concatedral de San Xiao del s. XVIII, con planta de cruz griega, las plazas de Amboage y de Armas, el teatro Jofre, de 1892, icono de la arquitectura modernista -todo esto dentro del casco histórico de la ciudad-, el Castillo de San Felipe del s. XVI y las numerosas playas enclavadas en paisajes naturales únicos.
En Narón, el Monasterio de San Martiño de Xubia, del s. VIII y reconstruido en el XII bajo la orden de Cluny.
En Neda, la Iglesia de Santa María, del s. XVIII, los restos del hospital de peregrinos del Sancti Spiritus al lado de la Torre del Reloj (1786), las casas asoportaladas de la Rúa Real del s. XVII y XVIII y la Iglesia de San Nicolás del s. XIV.
En Cabanas encontramos el puente mandado construir por Fernán Pérez de Andrade en el siglo XIV y reconstruida entre 1863 y 1870, substituyendo así la gótica original, que por cierto tenía en el medio un pequeño albergue de peregrinos. Esa obra permitía y permite salvar la desembocadura del río Eume, aquí muy ancho, que esconde aguas arriba un parque natural con el emblemático monasterio de Caaveiro, erguido cuando los eremitas poblaban la que hoy está considerada la última fraga atlántica europea.
Pontedeume cuenta con un casco histórico de una gran riqueza de recursos histórico-artísticos. Invitan a la visita, entre otros, el convento de Santo Agustino, la capilla de las Virtudes, el torreón de los Andrade - que preside el pueblo-, la casa consistorial arrimada a la Torre Ulloa, la magnífica iglesia de Santiago y, ya fuera, el santuario de San Miguel de Breamo, aunque este no quede justo en el Camino Inglés, que pasa no muy lejos.
Antes de entrar en Miño espera el puente medieval sobre el río Baxoi, de un solo arco, que forma parte de la red de puentes mandados construir por Fernán Pérez de Andrade en el siglo XIV, conocido por el apodo del "O Bo".
El Ponte do Porco, sobre el río Lambre, nos acerca la leyenda de Roxín Roxal, que da nombre a este lugar. Un kilómetro antes el peregrino gozará de un espacio natural donde la desembocadura del río forma una playa con un largo arenal de aguas tranquilas.
Siguiendo camino a Betanzos encontramos la iglesia de San Martiño de Tiobre, en Betanzos o Vello, así como el santuario de Nuestra Señora del Camino o Santuario de los Remedios, del s. XVI.
Betanzos es sin duda una de las villas de mayor interés histórico artístico de la provincia. Su muralla y sus callejuelas hacen de esta villa una estancia ideal para disfrutar de placenteros paseos. Son numerosos los monumentos que podemos visitar entre los que destacan el Pazo de Bendaña, de los siglos XV-XVIII, y el Pazo del Ayuntamiento, del s. XVIII. Entre el patrimonio religioso destaca la Iglesia de Santiago del s. XV, que en su interior alberga la capilla renacentista de don Pedro de Ben; la Iglesia de San Francisco del s. XIV, donde se encuentra el sarcófago de Pérez de Andrade "O Bo", la Iglesia de Santa María de Azougue y el Convento de Santo Domingo del s. XVII.
El Parque del Pasatiempo, curioso parque temático construido entre 1893 y 1914, es otra parada obligada en esta villa.
Siguiendo el Camino, el peregrino dejará atrás los templos rurales de Cos y Leiro, y entre ambos, en Presedo, abre sus puertas el recolecto santuario de Nuestra Señora de la Saleta.
La Capilla de San Lourenzo, en Bruma y datada en el s. XVI, es un modesto edificio de mampostería localizada en un entorno vinculado directamente al Hospital de Bruma, donde da comienzo esta etapa. De hecho, es heredera de otra muy anterior.
Ya en el Ayuntamiento de Ordes se bordea la iglesia de San Paio de Buscás y se pasa al lado de la iglesia de San Xiao de Poulo, ambas de origen románico. Al salir de pueblo principal del Ayuntamiento de Oroso, Sigüeiro, pasaremos el puente del río Tambre, de origen medieval; ahí se vieron en 1846 frente a frente el sublevado coronel Solís y las tropas del Gobierno. Pocos días después, tras ser derrotado cerca de Santiago, el coronel Solís se convertía en uno de los llamados mártires de Carral por el lugar donde fue pasado por las armas.
Llegando ya a nuestro destino, pasaremos por el medio del llamado Bosque Encantado, un bosque maravilloso. Estamos ya en el ayuntamiento de Santiago de Compostela, y antes de llegar a su casco histórico pasamos ante la iglesia de San Caetano, vecina del que fue hospital militar y hoy en día dependencias centrales de la Xunta de Galicia.
Es el último templo que va a encontrar el peregrino antes de meterse en las calles compostelanas. Fue fundado en 1701 por un capitán y su mujer, y es curioso ya que son momentos en los que manda el arte barroco y esta es una obra de gran sencillez, con planta de cruz latina. En su portada se abre una ventana rectangular sobre la que campan las armas de los fundadores.
Partimos en esta etapa de la ciudad de la Torre de Hércules, faro romano que sigue funcionando noche tras noche, del s. II, restaurado en el s. XVIII. Es uno de los más hermosos monumentos y entornos paisajísticos de Galicia.
Esta ciudad, además, ofrece un paseo marítimo urbano que sobrepasa holgadamente la docena de kilómetros.
La Iglesia de Santiago del s. XIII y XV, fundada por Alfonso IX e iniciada por discípulos del Maestro Mateo, la iglesia Colegiata de Santa María del Campo, de origen románico y la Plaza de María Pita (1860-1912) conforman parte del patrimonio a visitar en A Coruña.
Las galerías de la Avenida de la Mariña, los emblemáticos edificios acristalados frente al mar, construidos entre los s. XIX y XX, dotan de personalidad esta ciudad atlántica.
Ya en el Ayuntamiento de Cambre, raro es quien no para ante la iglesia románica de Santiago de Sigrás, al lado del Camino, con su rectoral erguida sobre el que fue el hospital de peregrinos, vecina a su vez de un magnífico ejemplar del típico crucero gallego.
A partir de ahí espera una prolongada subida que termina en la aldea de las Travesas y, ya que luego, este ramal que arranca de la Coruña se une al que procede de Ferrol.